Flores armónicas

La Flor Armónica es un instrumento para calibrar la fuerza relativa de cada una de las cartas armónicas, o, como dice Miguel García, para pesar cada una de estas cartas armónicas. Su cálculo es muy sencillo con ayuda del programa Armon, ya que en él hay una opción que con sólo seleccionarla hace todo el trabajo. 

Es importante saber qué es lo que hace exactamente este programa  para valorarla en su justa medida y aprovecharla con discernimiento. A primera vista, lo que hace la opción «Carta con Flor Armónica (Función de Onda Planetaria)» es asignar un valor numérico a cada una de las doce primeras cartas armónicas de una natividad y representar el conjunto de estos valores numéricos mediante un vistoso gráfico con apariencia de flor multicolor. 

El valor numérico correspondiente al primer armónico (su «peso») se representa mediante un círculo amarillo, que se apoya tangencialmente en el centro de la carta. La longitud del diámetro de este círculo es proporcional al valor numérico del primer armónico. Si trazamos el diámetro de este círculo partiendo del centro de la carta y lo prolongásemos hasta que cortase un grado determinado del círculo zodiacal, ese grado sería, por decirlo así, el punto de apoyo de la primera carta armónica. También se puede decir que es el punto medio de todos los planetas del primer armónico.

Esta última observación no es un detalle anecdótico, sino que constituye el meollo mismo de la Flor Armónica y su verdadera razón de ser. La Flor armónica no rastrea aspectos de la serie del 1 (conjunciones) para calcular el peso del primer armónico, ni aspectos de la serie del 2 (oposiciones) para calcular el peso del segundo armónico, ni aspectos de la serie del 3 (trígonos) para calcular el peso del tercer armónico, …y así sucesivamente. La Flor armónica ignora todos los aspectos. De lo único que se ocupa es de calcular el punto medio de todos los planetas para cada una de las cartas armónicas y asociar a cada uno de estos puntos medios un grado de intensidad. Este grado de intensidad depende directamente del grado de concentración de los planetas en cada una de las cartas. Cuanto más concentrados estén los planetas en un área restringida de una determinada carta armónica, tanto más elevado será el valor del grado de intensidad del punto medio de todos sus planetas. Y cuanto más dispersos estén los planetas en el interior de una determinada carta armónica, tanto menor será el grado de intensidad del punto medio de todos ellos. El valor numérico que la Flor Armónica asigna a cada una de las cartas armónicas procede directamente de las intensidades de estos puntos medios.

Vamos un ejemplo concreto. 

Tomaremos los datos del lanzamiento de la primera bomba atómica sobre Hiroshima, que tuvo lugar el 6 de agosto de 1945, a las 8h 15m a.m., hora local (5 de agosto de 1945, 23h 15m GMT), 34N24, 132E27. El aspecto de la Flor Armónica para ese momento y lugar es el que se muestra en el gráfico siguiente:

No es muy habitual que el círculo amarillo que representa la longitud del vector armónico de la carta A1 alcance unas proporciones tan prominentes en relación al resto de los «pétalos» de la Flor Armónica. 

En este caso está muy claro que el armónico dominante es el Uno. Al menos éste es el veredicto de la técnica de suma de vectores en que se basa la construcción de la Flor Armónica. Para ver en qué medida supera a los demás armónicos del grupo de los doce primeros podemos consultar los valores numéricos listados en la columna que aparece en la mitad superior derecha del gráfico. Al armónico 1 se le asigna un valor numérico de 5,82. Esto significa que en la carta A1 el Vector Armónico resultante de sumar los vectores de los siete planetas tradicionales mide 5,82 veces la longitud del vector original que se asigna a cada planeta. Esa medida se usa para determinar el diámetro del círculo amarillo. 

En la carta A2 la medida es 3,06 y este valor se usa para determinar la longitud de los dos pétalos de color anaranjado oscuro que en el gráfico representan la intensidad del segundo armónico. 

En la A10 el valor es 2,48, y esta será la longitud de los diez pétalos de color verde oscuro que representan la intensidad relativa del décimo armónico. Y así sucesivamente, hasta llegar a las cartas A3 y A12, cuyo vector-suma queda incluso por debajo de la unidad (0,91).

Dado que la intensidad atribuida por esta técnica al primer armónico es tan alta, podríamos esperar que la carta contuviera un gran número de conjunciones, ya que éste es el único aspecto que se asocia directamente con el primer armónico. Sin embargo, sólo contiene una. 

Podemos estar seguros de que David Hamblin no hubiera escogido al primer armónico como «el más fuerte» en este caso. Probablemente se hubiera decantado por la carta A7 ó la A11, que contienen Grandes Trígonos formando parte de configuraciones aún más complejas; sin embargo, la técnica de la suma de vectores asigna valores mucho más bajos a cualquiera de esas dos cartas. Como se deduce de lo que he explicado más arriba, la alta puntuación obtenida por el primer armónico en la Flor Armónica se debe al hecho de que en esta carta todos los planetas están agrupados en un mismo tercio del zodiaco. Por tanto, lo que es alto aquí es el grado de concentración de los planetas, no el número de aspectos. Si éste es o no el mejor criterio para decidir la «fuerza» de un armónico es algo queda a la consideración de cada uno, pero, en cualquier caso, debemos estar advertidos para no caer en la sumisión acrítica a la tiranía de los números.

Fuente: Julián Garcia Vara

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